Este fin de semana he tenido la despedida de soltera de una de mis mejores amigas, de las que cuentas con los dedos de una mano, y me hacía ilusión hacerle un detallito. Así que, sumado a todo lo que organizó una amiga suya (embarazada de 34 semanas, casi 8 meses, ole ole y ole!), decidí hacerle una tarta...
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| ¡En la nevera esperando a salir hacia la cena! |
Pero no una tarta cualquiera... Quería que fuese una tarta con muchos colores, que expresase lo feliz que me hace que hayan decidido casarse y, espero que pronto, darme un sobri para que juegue con Lucía y el peque de otra de mis amigas, jeje...
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| El "te nos casas" es pintura comestible sobre fondant, ñam ñam |
Me hizo mucha ilusión prepararla, estuve los tres días de antes maquinando cómo la haría, entre el trabajo, los trayectos en coche, los purés de Lucía y mil cosas más. ¡Si hasta me costaba dormirme de lo emocionada que estaba!
El bizcocho lo saqué de un libro del que ya os he hablado, "El Rincón de Bea", aquí tenéis su blog, por si queréis ir a verlo un ratito, jeje... Es su receta de tarta de cumpleaños y la verdad es que salió un bizcocho jugosísimo y a la vez firme para poder montar la tarta. Os dejo los ingredientes con las rectificaciones que yo le hago:
-250 gr. mantequilla (le puse 230 gr porque no tenía más...)
-300 gr. azúcar blanco
-4 huevos XL (le puse 5 huevos M que son los que tengo normalmente en casa)
-300 gr. harina
-50 gr. Maizena
-4 cucharaditas levadura
-1/2 cucharadita sal
-2 cucharadita extracto de vainilla (o una cucharada generosa, al gusto del vainillero/a)
-240 ml. leche entera a temperatura ambiente (siempre la pongo fría porque voy con prisas y sale, menos mal!)
-1/4 cucharadita de cremor tártaro (no es imprescindible, pero ayuda a estabilizar las claras al montarlas, serviría igual un chorrito de limón o un pellizco de sal...)
Para la preparación, lo primero es preparar todos los ingredientes, a mí por lo menos es la única manera de que no se me olvide ninguno. Y precalentar el horno, aunque si hacéis las cosas deprisa y corriendo, como yo, podéis precalentar y dejar horneando en casa ajena, ¡gracias Isabel! Vaya cabeza que tengo, se me olvidó que entraba antes a trabajar, menos mal que me lo recordaron porque yo me ponía con mi tarta y tan ricamente...
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| mmmm, que rico el caramelo salado.... |
Untamos el/los molde/s que vayamos a utilizar: uno profundo y luego cortamos las capas, o tres moldes bajitos, a ser posible iguales (aunque yo no los tengo iguales y lo que hago es recortar los bizcochos para que todos sean iguales y así "pruebo" los recortes para ver si está bueno).
Tamizamos todo lo tamizable menos el azúcar junto, es decir: harina, sal, levadura y Maizena. Por cierto, la Maizena hace una nube atómica que ni el azúcar glas, ¡qué pasada!
Separamos las claras de las yemas y empezamos a montar las claras junto con el cremor tártaro hasta que haga picos blandos que dicen las expertas, como yo no veo picos por ningún lado lo bato hasta que está montado pero no demasiado duro, unos tres minutos con mi batidora de varillas. Aquí empezamos a añadir una parte del azúcar, 110 gr poco a poco, sin dejar de batir y veréis que queda un merengue más duro y brillante. Lo reservamos para más tarde.
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| La tarta con sus tres pisos esperando al ganaché |
Mezclamos el azúcar con la mantequilla a temperatura ambiente y batimos hasta conseguir una mezcla que parezca una pomada, bien unido todo.
Ahora tenemos que añadir las yemas, en teoría de una en una a medida que se integran con la mezcla... Yo las echo todas juntas y me da el mismo resultado.
Añadimos una buena cucharada de extracto de vainilla (me ha enamorado la vainilla, ya os lo dije...) y mezclamos bien.
Añadimos la harina y la leche: primero un tercio de la harina, luego la mitad de la leche, otro tercio de harina, otra mitad de leche y el resto de la harina. Todo esto batiendo durante (o después si tenéis unas varillas de las de toda la vida y no sabéis usar los pies para aguantarla, como yo...)
Empezamos a añadir las claras poco a poco, ahora ya mezclando con la espátula para que no se "des-monten" nuestras claras y ¡al horno! Mis bizcochos estuvieron 25 minutos a 170º, menos uno que estaba en la bandeja de abajo y le costó un poco más, 35 minutos en total. La mejor manera de ver si está hecho es clavarle un palillo por el centro para ver si sale limpio, entonces ya lo tendremos.
Los dejamos enfriar, mejor sobre una rejilla, nos vale la del horno misma, y cuando ya no estén calientes, envueltos en papel film y a la nevera. A mí me va mejor "arreglar" los bizcochos cuando están fríos fríos de nevera, es decir, al día siguiente. Encuentro que se me rompen menos, tanto al nivelarlos como al recortarle los laditos para que queden lisos y perfectos.
Sólo nos queda lo mejor, ¡rellenarla y decorarla! Para ello, yo le hice una crema muselina de vainilla que aprendí en el curso de macarons y es muy resultona, en el próximo post os doy la receta. Y el centro del relleno era de caramelo salado, un súper descubrimiento del que también os daré la receta en el próximo post.
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| Me hubiera gustado que quedara más cubierta de sprinkles, pero no pudo ser... |
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| Ya forrada de ganaché y enfriando |
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| La gatita de cerca, con su velo de novia y los ojos brillantes |
La gatita no me quedó todo lo bien que me gustaría, pero es la segunda o tercera vez que modelo con fondant, así que estoy bastante contenta :D
¡¡Felicidades mi Joaneta!! Espero que te gustara mucho y que también os guste a todos!
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